jueves, 3 de abril de 2014

VENTAJAS DE LA COMUNICACIÓN ESCRITA A DISTANCIA Y NO INMEDIATA (POR CARTA)


Existen varias características de la comunicación escrita a distancia y no inmediata, por carta, que considero ventajas. A continuación destacaré alguna de ellas.

En primer lugar, como dato anecdótico es interesante destacar que la comunicación escrita, por carta, ha sido la principal y casi única vía de comunicación a distancia durante la mayor parte de nuestra historia como seres humanos. Además, un gran número de pensadores nos han dejado como esencial de sus pensamientos, la comunicación epistolar mantenida con diversos contemporáneos de la época. A través de estas cartas podemos acercarnos un poco más a sus ideas, pues la escritura ofrece el tremendo mecanismo de transformar el pensamiento en perdurable y estable a lo largo del tiempo.

A continuación, desde un punto de vista afectivo y relacional me gustaría destacar la verdadera muestra de interés mostrada hacia otra persona cuando se escribe una carta. El hecho de sentarse a escribir implica una priorización de la relación interpersonal sobre una multiplicidad de posibilidades. En definitiva, se dedica una parte del tiempo individual exclusivamente a la otra persona. Añadiendo a esto la atención casi completa del individuo.

Como muestra, ahora mismo estoy escribiendo este texto, estoy pensando en ti. Es como si te tuviera delante, como si estuviéramos hablando. Te estoy dedicando mi tiempo y mi atención completos. Obviamente mi móvil y mi ordenador están apagados. La carta original está escrita a mano, la cual ha sufrido un proceso de digitalización y corrección. El motivo de escribir a mano es el intento de conseguir una representación lo más pura y fidedigna del pensamiento y los sentimientos posibles. En definitiva, permitir un flujo de ideas y emociones sometido al menor número de obstaculizaciones y modificaciones. Este detalle sobre la escritura a mano me parece un detalle fundamental para una comunicación a distancia verdadera.

En segundo lugar, destacar la libertad que la escritura otorga tanto a emisor como a receptor. En el caso del emisor, éste tiene la libertad de tomarse el tiempo necesario para pensar, reflexionar, manifestar y revisar el contenido y forma de su mensaje. Gracias a la escritura revisada, es asegurado que la otra persona vaya a leer el mensaje que se desea comunicar, aumentando así las probabilidades de una correcta decodificación del mensaje por parte del receptor. Pero, como condicionalidad de esta situación se necesita que el emisor dedique un tiempo en el correcto uso del lenguaje. Utilizando con cuidado, mesura y acierto sus palabras y oraciones, en las cuales el mensaje está siendo transmitido. De esta manera considero, se evitan un gran número de malentendidos. Malentendidos fáciles de producirse en la comunicación oral y en la comunicación inmediata mediante mensajes instantáneos. No me agradaría que la anterior afirmación se interpretase como un menosprecio ni a la comunicación oral ni a los mensajes instantáneos. Dichas vías de comunicación serán tratadas en futuros textos, con calma, detalle y matizaciones.

Relacionado con la anterior reflexión, es fácil pensar en el contra argumento de la lentitud de la escritura a mano comparada con otras vías de comunicación. Irónicamente a lo que se pueda pensar en un primer lugar, el empleo de la escritura como medio de comunicación a distancia ahorra tiempo, dado que se evitan errores y recurrencias enormemente habituales en la comunicación oral y en la mensajería instantánea. El receptor tiene la posibilidad de leer el mensaje una y otra vez sin la necesidad de involucrar al receptor.  Debido a la ausencia de expectativa de feedback inmediato el emisor también ahorra tiempo, puesto que no realiza una espera pasiva de la respuesta del receptor sino que puede dedicar su tiempo a actividades más productivas, como por ejemplo dormir.

Otra ventaja directamente relacionada con la idea de la libertad que la escritura otorga, es la independencia que ambos, emisor y receptor disfrutan cuando su comunicación está basada en cartas.  Apoyémonos en un ejemplo fehaciente. En los momentos en que te estoy escribiendo esta carta es de día y estoy en Leuven. Pero, cuando tú la leas, no será necesario ni que estés en Leuven ni que sea de día. De hecho, la libertad es tan inmensa que la puedes leer cuando y dónde tú quieras. En el momento y lugar que más te convengan, por que ya esta escrita. Ni siquiera hace falta que la contestes después de leer. Ni siquiera hace falta que el emisor continúe con vida para que puedas recibir y descodificar el mensaje. Además puedes recuperar la información siempre que la necesites porque ya la tienes escrita. En suma a todo lo anterior, cabe destacar la no-corruptibilidad del mensaje. En nuestro caso concreto con diferencias horarias y geográficas como las que nos separan, encuentro de especial utilidad la comunicación por carta. Personalmente, esta característica de la comunicación escrita acerca de la posibilidad de escape de los límites temporales y espaciales, posiciona a la escritura en una situación privilegiada a la hora de comunicar pensamientos e ideas. La instantaneidad de la comunicación, ya sea oral, o por chats/mensajería instantánea (What’sApp, FaceBook, Skype) no otorga libertad, ni al receptor ni al emisor. Ni para reflexionar sobre sus mensajes, ni para dedicar su tiempo vacío en otras actividades; puesto que ambos están esperando un feedback instantáneo y casi inmediato por parte de su interlocutor.

Por esto mismo, la comunicación no instantánea se vuelve la más adecuada cuando prioriza el contenido del mensaje sobre el feedback de la otra persona, (lo cual es tremendamente egoísta). Dicho de otra manera, prima la comunicación instantánea a distancia cuando las consecuencias y la utilitariedad (anglicismo) del mensaje son de mayor importancia que el valor de su contenido. Las nuevas tecnologías nos han hecho creer que es más importante la velocidad que la calidad del mensaje. Nos han confundido con la prisa, lo que nos ha conducido a una inabarcable superficialidad en las relaciones personales. Las nuevas tecnologías de la inmediatez que, alegan, ahorrar tiempo son, a mi parecer, las que más nos lo roban. En futuros textos indagaré más profundamente sobre esta afirmación, sujeta a distintas oraciones subordinadas. 

Como cierre a mi argumentación expondré el posible contra argumento de la pérdida de la espontaneidad de la comunicación interpersonal, o incluso más grave, la pérdida de la espontaneidad en la relación entre emisor y receptor. Esta afirmación, desde mi punto de vista, ha de ser matizada. Considero la comunicación escrita como un refinamiento de la comunicación y no como una pérdida de la espontaneidad. Me considero una persona activa, vivaz y enérgica, que valora en gran medida la espontaneidad de la vida. Considero que el lenguaje escrito puede continuar recogiendo gran parte de la espontaneidad de la comunicación, a pesar de la reflexión y refinamiento que conlleva. Es posible asumir una pequeña pérdida de espontaneidad a coste de una mejora en la expresión y exposición de las ideas. Un precio que personalmente estoy dispuesto a pagar de muy buena gana. Concentraremos la espontaneidad pura en las relaciones interpersonales cara a cara, las cuales considero, fundamentales para el bienestar emocional del ser humano. Pero la espontaneidad que defienden las tecnologías de la comunicación instantánea me parece una burda imitación de la comunicación, que no refleja ni la espontaneidad real de la comunicación cara a cara, ni la reflexión y el refinamiento de la expresión que se consigue con la escritura.


Por todo lo anteriormente expuesto defiendo que la comunicación escrita a distancia y no instantánea (carta) es el medio más adecuado para mantener las relaciones positivas interpersonales a distancia. Con las cartas se demuestra un verdadero apego e interés hacia la otra persona, además de una búsqueda de profundidad en la relación, mientras que con las tecnologías de la era de la inmediatez se persigue el utilitarismo y la superficialidad en las relaciones personales, incluyendo ahora el teléfono o las videoconferencias. Considero mucho más profunda, real y verdadera una conexión de pensamientos comunicados de manera escrita, que ver píxeles de diferentes colores formando una imagen similar a un rostro en una pantalla y una voz robotizada saliendo de un altavoz. Referente a las sensaciones, prefiero ver una foto (si es impresa, mejor) de un amigo y yo en algún lugar perdido del mundo, e intentar oír su voz en mi cabeza mientras leo sus palabras. Además, ¿Por qué tanta prisa? ¿Para qué? Si de verdad te importa mantener una relación puedes permitir parte de tu tiempo dedicándoselo exclusivamente a esa persona, parándote a pensar en ella y escribiéndole. Esto es una muestra clara de dedicación e interés por el lector, y no un mensaje de “como va?” enviado por What’sApp.

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