PRESENTE VULNERABLE,
FUTURO INCIERTO.
“Vamos a mejor,
Carlos. Vamos a mejor” Me lo
repito como un mantra de meditación. No quisiera perder la esperanza
y traicionar mi fe en la humanidad, pero hay ocasiones en las que verdaderamente me cuestiono si los
próximos años vamos a ir a mejor o no. Si el futuro venidero,
irremediablemente incierto,será de avance o de retroceso.
Esta
semana, durante una conversación, salió un argumento que espero no
tener que utilizar con excesiva frecuencia.
- Vamos a mejor. Toda la historia ha sido una conquista de derechos humanos y de bienestar, económico y tecnológico. Por ejemplo, el sistema de alcantarillado de los romanos que hemos heredado hasta el día de hoy.
- Es cierto, pero no hay que confiarse. Nos pasamos la edad media tirando la mierda por la ventana.
Un
ejemplo un poco más reciente que la edad media de que se puede ir
hacia atrás en vez de hacia adelante es el auge de las dictaduras o
el número de víctimas totales en Europa por conflictos armados
durante el S.XX (Por encima de los 120 millones de personas).
[Oriente es otra historia]. Causado en parte por el incremento
poblacional, y el desarrollo tecnológico, se podría afirmar que el
Siglo XX ha sido el más sangriento de la historia de la humanidad.
El
principio del siglo XX también supuso importantes desarrollos
sociales y civiles que permitieron a los países construir
democracias mayormente estables e igualitarias. Un ejemplo de este
proceso es la conquista del sufragio universal a lo largo del siglo,
en concreto, el sufragio femenino
.
El desarrollo de la ciencia y la multiplicidad de movimientos
artísticos puso de manifiesto la gran velocidad a la que avanzaba el
ser humano de principio del siglo XX , hablando de una manera general
“a mejor”.
Entonces,
¿cómo puede ser, que el siglo de mayores avances en la historia del
ser humano, haya sido también el más sangriento? ¿Cómo es posible
descubrir tanto y aprender tan poco? En Europa, con solo un período
de 21 años de separación se sucedieron dos Guerras Mundiales... En
ese siglo XX en el que íbamos tan “a mejor” un giro
socio-político, y por qué no, del destino, hizo que un principio
prometedor se convertirse en una catástrofe desastrosa.
Por
suerte, o por desgracia, el ser humano es resiliente. Las guerras nos
ofrecen duras lecciones de las que podemos salir reforzados. Tras la
finalización de la Segunda Guerra Mundial, la necesidad y el
instinto de supervivencia empujó al ser humano a evitar futuras
barbaries mediante la creación de instituciones reguladoras. Algunas
de las consecuencias positivas de las guerras mundiales fueron la
creación de la Organización de las Naciones Unidas y la Unión
Europea. Además, a modo de manifiesto en la ONU se redactó la
Declaración Universal de Derechos Humano, aunque su cumplimiento y
universalidad de ésta sean más que cuestionables a día de hoy.
Sin
embargo, no sé hasta que punto estas ideas esperanzadoras de un
Siglo XX, que se suponía había aprendido, se están llevando a la
práctica en un Siglo XXI en el que existen 14 países en el que el
último año murieron más de 1.200 personas. Pero sin duda la creme
de la creme son los países que están sufriendo los conflictos máscruentos de la actualidad (Siria, 55.000 fallecidos en 2015;
Afghanistan, 36,000; Iraq,21.000 y los países colindantes del Lago
del Chad, 21.000)
Resulta
extremadamente peligroso bajar la guardia. El ser humano, visto de
manera general y con perspectiva, ha ido a mejor a lo largo de la
historia, ha buscado la mejora personal, la conquista de la felicidad
y la construcción de una vida digna. Sin embargo, las guerras
acontecidas durante los períodos de mayor desarrollo tecnológico y
moral del ser humano, son un ejemplo de lo negativa que se puede
volver una situación bajo ciertas condiciones socio-políticas.
Considero
que la responsabilidad y la culpa recae en el individuo, en cada uno de nosotros. Por lo tanto,
deberíamos hacer un chequeo ocasional de cómo nos estamos
comportando como especie... ¿Vamos a mejor? ¿O solo decimos
hacerlo?
Es
comprensible que la sociedad global, al igual que cualquiera de
nosotros tenga rachas mejores y peores a lo largo de su vida en las
que posponga el ejercicio, se coma peor, o se esté menos
comprometido con su trabajo. Sin embargo, es un indicativo de las
personas, al igual que las sociedad, inteligentes, el perseguir una
mejora constantes, y el detectar de manera rápida y eficaz la
existencia de estas “malas rachas”
para poder intervenir sobre ellas antes de que las consecuencias se
conviertan en catastróficas de nuevo.
Considero
que este post tiene la función de concienciar al lector sobre la
necesidad de continuar avanzando en la conquista de derechos y
libertades humanas, y no confiarse por haber alcanzado un nivel de
bienestar económico más que cuestionable. Para finalizar, recordar
que a lo largo de la historia se ha demostrado que los avances
obtenidos si se caracterizan por algo es por su inesperada
vulnerabilidad.
Enhorabuena,es muy interesante.
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